Otra receta para sorprender en tu cena Navidad, perfecta si prefieres usar marisco en lugar de carne. Para empezar debemos lavar los calabacines y laminarlos finitos en unas 48 láminas, aunque puedes hacer algunas más por si se te rompen. Este paso es mejor hacerlo con una mandolina para asegurarnos de que las láminas sean homogéneas y lo suficientemente finas. En una cacerola ponemos a hervir bastante agua y dejamos las láminas escaldando durante unos segundos. Las retiramos, secamos y las apartamos.
Paso 2
Ahora podemos hacer el relleno. Para ello debemos picar la cebolla muy fina y pocharla durante unos minutos en una sartén con un poco de aceite de oliva. Reservamos 20 gambas para la hora de emplatar y picamos el resto, añadiéndolas a la sartén, salpimentándolas y rallando por encima medio limón. Dejamos calentar unos 3 o 4 minutos y retiramos.
Paso 3
Para montar los raviolis tenemos que ser muy cuidadosos y precisos. En una tabla de madera colocamos las láminas de calabacín de dos en dos, formando una cruz. Ponemos un poco del relleno en el centro y cerramos los raviolis primero envolviendo el relleno con las láminas horizontales y luego con las verticales. Si las láminas son demasiado largas podemos cortar un poco los extremos antes de envolver. Por último, calentamos una plancha, la frotamos con un diente de ajo y le añadimos un poco de aceite para poder dorar los raviolis por ambas caras sin que se peguen.
¡Listo!
Ya tenemos los raviolis, solo queda emplatarlos. Puedes mezclar el tomillo con el resto del aceite y saltear las gambas que reservamos anteriormente para usarlas a modo de presentación junto con un poco de ralladura de limón y el aceite con el tomillo.
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